Los seguidores de esta tribu, pertenecientes a los sectores más marginales de Buenos Aires y del Conurbano bonaerense (en especial su zona oeste), crecieron en número, y su presencia se hizo notoria en lugares como parques públicos, estadios de fútbol, recitales, etc. Su número sobrepasaba claramente al de los pertenecientes a otras tribus, al ser un fenómeno masivo.
La tribu de los rolingas se volvió una moda en la Argentina, que predominó en Argentina hasta diciembre de 2001. Las claves eran su estética simple, la identificación (similar a la correspondiente a un equipo de fútbol), y la simpleza musical. Además que evidenció el predominio de la "cultura barrial" en los espacios artísticos de la Argentina, al haber popularizado, junto a su explosión, otras corrientes de similar origen marginal.
Incluso, llegaron a crearse subtribus dentro de los mismos rolingas, como los paranoicos (fanáticos de los Ratones Paranoicos) y los ricoteros (fanáticos de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota), las cuales suelen estar enfrentadas entre sí.
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